Yo solo quiero ser un árbol

Desde un punto difuso de la ciudad puedo apreciar bastantes situaciones que antes nunca pude apreciar, situaciones difusas como el punto desde el cual puedo observarlas, es complicado de explicar en palabras simples, es simple explicarlo en palabras complejas. Podría resumirlo todo en frases fugaces pero prefiero tomarme el tiempo de explicar deliberadamente algo que quizás no podría entenderse por completo así como el sonido de una puerta que se cierra cuando se va alguien a quien uno aprecia y sabe que ese alguien no va a volver en un muy largo tiempo y uno termina yéndose muy lejos de esa puerta y ese alguien cuando vuelva encontrará la puerta pero no lo encontrará a uno. Nunca he podido hacer las cosas con un propósito especifico, me aterra una mala critica pero todo lo hago para que así suceda, para que me juzguen mal, la gente crea vagas ilusiones sobre mi persona, antes de conocerme me conceptúan como un ser genial casi poético, al conocerme soy yo en realidad, sin mascaras, sin textos travestidos ni transexuales, ¿Soy existencialista? ¿Soy idota? ¡No se me las tablas de multiplicar! Soy simple, miro el horizonte con cara de loca y no puedo anexar bien una idea con otra ni relatar una historia sin mover las manos como una gaviota, las gaviotas no tienen manos, tienen alas, soy una señora invisible, una señora fantasma, ¡señorita! Soy como el actor de esa película tan buena que ví hace algún tiempo, ¡no quiero ser ese actor!, me dio dolor de estomago su personaje, No, soy mujer, no un hombre, las mujeres tenemos matices y secretos como los hombres afeminados que huelen a perfume casual de flores derretidas. Desde un punto difuso de la ciudad me observe frente a un espejo, había una pileta y a través del agua me movía como se mueve la gente que camina lento en la ciudad relámpago, no quería ser yo, no deseaba mas estar metida en mis pies, en mis manos, en mi cabeza, quería escapar, salir de una vez del cuerpo ensimismado contemplando algunos rastros de su rostro seudo extraño seudo casual, quería ser libre y vagar por las calles, por las casas por los parques, por la vida de personas que no me interesan, pero tarde o temprano me aburrirá tanto movimiento, me marearía y nuevamente querría salir de mi, querría ser observada y no ser un mero holograma inexistente en la lógica ni en la razón, extrañaría la naturaleza, tocar, sentir, oir, oir, oir, que es lo mas entretenido, sería una mala idea ser un fantasma real perdido en la ciudad. Una vez leí un libro de cocina, hablaba de vegetales en su punto de ebullición o mermeladas de frutas deliciosas, sentí deseos de ser un vegetal entonces o en su defecto una fruta, pero caería en algún intestino, eso no sería bello, nada de bello, fue ahí que llegué a la conclusión definitiva después de diversos análisis que prefería ser un árbol, durante los primeros segundos de llegar a aquella conclusión fui feliz, soberanamente feliz, pero pasado el tiempo llegue a la encrucijada de no saber que tipo de árbol sería, hay tantos tipos de árboles como personas en una manifestación política, ¿de que tamaño?, ¿de que grosor?, seria uno frutal, uno con grandes hojas verdes y brillantes, o uno de hojitas pequeñas y amarillas.
Anónimo dijo...
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