El otro dia caminando por una vereda me
encontre una moneda de un peso y la tome y la meti en mi bolsillo, mi bolsillo tenia cara de almendra y yo le dije "oye bolsillo no seas como una almendra molidad" mi bolsillo se puso a reir y juntos mas la moneda de un peso comenzamos a mirar las gaviotas que empezaban a aparecer, despues se nos hizo de noche y nos encontramos con un gordito muy simpatico que no podia ver mi bolsillo pero si podia dibujar marionetas con aretes y coloretes en las majillas... y bueno ahora se me hace tarde.
Juego en palabras, sinceridad sin filtro, ingenuidad casi intencionada... Yo también quiero un bolsillo con cara de almendra. Lamentablemente mis bolsillos son sólo bolsillos.
Llegué aquí por casualidad, y ahora me alegro de que existan tales.
Me gustan tus fotos.
Publicar un comentario