Cuando Raquel tomó su telefono y vió el nombre de quien la llamaba se puso de pie nerviosamente y con una voz extraña dijo no saber quien era... se aparto a contestar a otra habitación...
Mintió, como mienten todos; una humanidad con zapatos mojados. Yo escucho como si estubiera en un sueño tuyo nuevamente, caras extrañas y colores con sabor agridulce.
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