Acontecimientos tan extraños suceden en el mundo cada día,
he llegado a la conclusión de que nuestros demonios internos se están
apoderando de la humanidad, las fauces de estos demonios se alimentan de la
esperanza y la bienaventuranza, son insaciables, lucen como pequeñas piedras
sangrantes y tienen colmillos imaginarios. Tenía tanta fe en que el corazón de
las personas albergara sanos deseos de superación, benevolencia y una necesidad
suprema de buscar la paz y tranquilidad espiritual, la unión y cofradía se
desvanecen, tengo ejemplos propios, hace días que ya ni siquiera puedo percibir
mi propio aroma, estoy confusa, no sé a qué huelo, puedo claramente oler a los demás,
pero a mí, no, quizás deba comprar un perfume para tener algún olor artificial
al que aferrarme, la grasa humana es el oro de un universo paralelo en que los
gatos dominan la existencia.
Espíritu polimerizado con diversas sustancias misteriosamente
inocuas.
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